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Existe un momento cada año en el que nos enfrentamos a la misma pregunta: ¿qué regalar en Navidad a quien ya tiene todo? A esa persona que no necesita otra vela, otro libro que quedará en la estantería, otro objeto más que ocupará espacio sin transformarlo.
La respuesta no está en la utilidad inmediata, sino en lo que perdura. En lo que se mira cada día. En lo que convierte una pared blanca en un punto de pausa, de contemplación, de belleza silenciosa.
El arte no es un regalo común porque no responde a lo práctico. Responde a lo esencial.
Regalar una obra de arte en Navidad —ya sea una lámina firmada o una pieza original— es regalar presencia. Es darle a alguien algo que dialogará con su espacio, con su mirada, con su forma de habitar.
No es decoración. Es compañía visual. Es ese detalle que hace que una casa se sienta más propia, más consciente, más cuidada.
Aquí no hay jerarquías. Hay contextos.
Una lámina de arte firmada (desde 30€) es la puerta de entrada perfecta al coleccionismo contemporáneo. Es accesible, es directa, es auténtica. Permite regalar obra real sin la inversión inicial de una pieza única. Y cuando está bien elegida, transforma un espacio con la misma intensidad que cualquier obra de mayor formato.
Una obra original en pequeño formato (desde 300€) es para quien busca singularidad absoluta. Es la pieza que nadie más tendrá. La textura del acrílico, la firma en el reverso y en el anverso, la certeza de que esas pinceladas solo existen una vez.
Ambas opciones comparten algo: son arte auténtico, creado desde el estudio, sin intermediarios innecesarios. La intimidad de adquirir directamente de quien crea.
Cada Navidad ofrezco una colección especial de láminas en formato 13x18 cm que solo está disponible en estas fechas. Son piezas inspiradas en la atmósfera navideña pero trabajadas desde lo onírico, lo surrealista, lo inesperado.
No son motivos obvios. No son renos ni árboles convencionales. Son imágenes que capturan el espíritu de la temporada sin anclarse a lo literal. Por eso funcionan todo el año: pueden decorar tu casa en enero igual que en diciembre.
Cuestan 30€ y son el regalo perfecto para quien quiere dar algo especial sin una gran inversión. Algo que sorprenda. Algo que no se espera.
A veces el mejor regalo es la libertad de elegir.
La tarjeta regalo de El espacio permanente es completamente personalizable: desde 25€ hasta 1000€, o el importe exacto que necesites. Si es un regalo corporativo y quieres regalar exactamente 321€, puedes hacerlo.
Es digital, se envía al instante, y permite al receptor explorar el catálogo completo y elegir la obra que realmente le hable.
No es impersonal. Es confiar en el gusto de quien recibe. Es darle agencia sobre su propio regalo.
El arte no tiene por qué ser inaccesible. Aquí tienes opciones reales para diferentes momentos:
Desde 30€: Láminas navideñas surrealistas o láminas de ediciones limitadas en formato pequeño. Perfectas para amigo invisible, compañeros de trabajo, o ese primer acercamiento al arte contemporáneo.
Desde 60€ hasta 150€: Láminas firmadas en formatos medianos (30x40 cm, 40x50 cm). Ideales para regalar a quien aprecia el diseño, trabaja desde casa, o tiene un despacho profesional que merece algo más que pósters genéricos.
Desde 300€: Obras originales en pequeño formato sobre bastidor. Para momentos importantes: aniversarios, bodas, despedidas laborales significativas. Son piezas únicas que se heredan.
Esa madre o ese padre que ya no necesita nada. Que cuando preguntas qué quieren, dicen "nada, de verdad". Una lámina enmarcada para su despacho, para ese rincón de lectura, para la pared que siempre estuvo vacía. Es un regalo que no esperan y que usarán cada día al mirarlo.
Si hace home office, su espacio de trabajo merece algo que inspire. Algo que rompa la monotonía de las videollamadas. Una obra en la pared detrás del escritorio transforma el fondo de sus reuniones y, más importante, transforma cómo se siente en ese espacio.
Abogados, arquitectos, consultores, médicos. Personas cuyo espacio de trabajo habla de ellos. Una obra de arte en una oficina no es un capricho, es coherencia estética. Es decir: aquí se cuidan los detalles.
Autorregalarse en Navidad no es egoísmo. Es un placer. Es cerrar el año con algo que te acompañará en el siguiente. Es invertir en tu propio espacio, en tu propia mirada. Muchos de mis coleccionistas empiezan así: eligiendo una pieza para ellos mismos en diciembre ( y yo soy una de esas).
Si quieres que tu regalo llegue antes de Navidad, el último día para hacer el pedido es el 10 de diciembre. Después de esa fecha, consúltame y vemos opciones, pero no puedo garantizar llegada antes del 24 o Reyes.
Las láminas llegan en packaging especial, listas para regalar. Las obras originales en pequeño formato van protegidas con cartón, burbuja y papel de seda (por su delicadeza no incluyen caja, pero el packaging es cuidado y profesional).
La Navidad es el momento estrella, pero el arte funciona en muchos otros contextos:
Amigo invisible especial (esto no se lo esperan y tienes todos los rangos de importe)
Bodas (un regalo que perdura más que cualquier lista de regalos)
Aniversarios (más significativo que flores)
Despedidas laborales (para jefes o compañeros que han marcado tu carrera)
Cumpleaños (cuando quieres sorprender de verdad)
Cada uno de estos momentos merece su propio post. Pero todos comparten algo: son ocasiones en las que buscamos regalar algo memorable. Algo que no se olvide en un cajón.
Explora el catálogo completo:
Este año, regala algo que permanezca. ✨
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